Gracias por traernos hermana -dijo Syusuke a la mujer que le sonreía sentada en su auto.
-No fue nada, solo cuídense, ¿esta bien? -dijo a modo de despedida, antes de encender el auto -Nos vemos en la mañana
-Nos vemos -Syusuke se despidio del auto hasta que un grito de asombro de Eiji le hizo girarse.
-¡Es tan espeluznante como la
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